El contenido ha caído a más del 50%, mientras que los valores nutricionales han aumentado gracias al potasio, calcio, magnesio, hierro y yodo. El resultado es una pizza aparentemente idéntica en apariencia y sabor a la clásica, imposible de distinguir incluso para los expertos.
Otro logro para la investigación y la cocina italiana, después del éxito conocido del pesto genovés bajo en sal. Ahora existe la posibilidad de mejorar las recetas típicas de nuestro país enriqueciéndolas con ingredientes más saludables y mejorando su impacto en nuestra salud.